El recuerdo histórico de Adrián Pignatelli
Las resoluciones de la Asamblea
del Año XIII: el primer feriado,
los símbolos patrios y la
prohibición de los azotes en las
escuelas
Se vivían tiempos políticos
convulsionados. El 8 de octubre de 1812 había caído el Primer
Triunvirato por la acción de los miembros de
Había un nuevo gobierno, muchos
respiraron aliviados cuando se conoció el triunfo de Manuel Belgrano en
Tucumán, y era necesario encaminar el rumbo de la revolución. Así nació
El 31 de enero de
Luego, caminaron unos pasos y
asistieron a la misa en
Después todos se
dirigieron a la sala del Consulado, en las actuales calles San Martín y
Mitre (donde hoy se levanta la sede del Banco de
Dos horas después, el gobierno
recibió la primera comunicación de los diputados: que en ella residía
la representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias Unidas del Río
de
Los diputados sesionaban por
la mañana. Comenzaban a las 9 en
verano y a las 10 en invierno y lo hacían por unas cinco horas, con un cuarto
intermedio. Las sesiones públicas se desarrollaban los martes, miércoles y
viernes, y el resto de los días se reservaban a las deliberaciones secretas.
Los diputados eran
considerados “de
Todo lo resuelto se daba a
conocer a través de El Redactor de
Desde el comienzo, no
hubo un consenso unánime entre los diputados, incluso hubo quienes se
negaban a prestar el juramento de práctica a un poder exclusivo. También se
excluyeron a los diputados de
Agenda
Su primera medida importante la tomó el 2 de febrero. Estableció que los niños que nacieran desde el 31 de enero de madres esclavas, fueran considerados libres. Los porteños se enteraron de esta medida el día 3 cuando el bando fue colgado en distintos puntos de la ciudad. El proyecto inicial era mucho más ambicioso: declarar libres a todos los esclavos, medida que provocó airadas protestas del vecino Brasil, una de las naciones que más se beneficiaba con este vil comercio, donde sostenían que todos sus esclavos se fugarían para estos lares para obtener su libertad.
Dos días después, Buenos Aires
estuvo de fiesta. Repique de las campanas de las iglesias y salvas de
artillería cuando llegó la noticia del triunfo de los granaderos de
José de San Martín en San Lorenzo, festejos que se reeditaron el 3 de marzo
por la tarde cuando se supo el resultado de la batalla de Salta.
Se tiró la ciudad por la ventana: tres días seguidos de iluminación del cabildo, la recova y la flamante pirámide, bailes callejeros, mucha música y fuegos artificiales. Ese día hasta las diez de la noche desde el Fuerte se dispararon los cañones, todo con el beneplácito de la iglesia, ya que ese era el primer día de la cuaresma: dejó que se armase una pista de baile en plena plaza donde “los vecinos decentes” dieron rienda suelta a la fiesta y al jolgorio. Se organizó una corrida de toros y el 14 llegaron las tres banderas capturadas a los españoles, y antes de ser exhibidas se las llevó al recinto donde sesionaban los diputados.
La asamblea estableció las
divisas militares que debían lucir los efectivos de los regimientos y
además ordenó la supresión de los escudos de armas de las
dependencias públicas, que debían ser reemplazados por el escudo de las
Provincias Unidas del Río de
En la papelería oficial se
cambió la frase “Valga para el reinado del señor don Fernando VII para el
bienio de 1812 y 1813″ por el de “Valga por los años 4 y 5 de la
libertad”.
Todo parecía que la fiesta
no tendría fin. El 24 de mayo
por la noche hubo una función de gala en la víspera de la instalación de
El 28 de julio se estableció
que las monedas a acuñar debían llevar el escudo recientemente creado, debía
estar acompañado por la leyenda “Provincias del Río de
Uno de los principales mandatos
de
De todas formas, las malas
noticias que vinieron del norte, como fueron las derrotas de Vilcapugio y
Ayohuma, más el predominio del sector alvearista dentro de
En otro orden,
Resolvió también que todos
los cargos públicos debían ser ejercidos por criollos o por hombres
que adoptasen la ciudadanía, jurando respeto a las decisiones de
Organizó la justicia y las
garantías en juicio y
hasta prohibió las penas de azotes en las escuelas, algo habitual
en la educación, y que tantas protestas había generado.
Se suprimió
El 22 de enero de 1813, asumió como Director Supremo Gervasio Posadas, tío de Alvear. No se esperaba la designación. En sus memorias confesó que vivía tranquilo en su casa y que se ganaba la vida como notario mayor del obispado. Es más: en su discurso de asunción en el Fuerte, confesó sus pocos méritos para el cargo.
El directorio, concentrado
en una sola persona, pronto gobernaría sin consultar a
El 18 de noviembre se
suspendieron las sesiones del cuerpo,
en parte por la situación política y también por la puja interna entre quienes
respondían a Alvear, la mayoría, y los que lo hacían por San Martín. Se nombró
una comisión permanente para asesorar al gobierno.
El director duraba dos años en
su cargo y era asesorado por un consejo de Estado. Posadas renunció el 10 de
enero de 1815 y lo reemplazó Alvear. El país entraría en una espiral de dudas y
vacilaciones. La independencia vendría en 1816 pero para tener una Constitución
definitiva habría que esperar cuarenta años.
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