La mirada de Jesica Bossi
El tiempo
de Karina
Fuente: Infobae
(*) Notiar.com.ar
30/3/025
“El Jefe” pasó el viernes su cumpleaños número
52 en su despacho, en el primer piso de
La
secretaria general de
El
PRO advirtió tempranamente que Karina puede ser un flanco débil, sobre todo y
en lo personal, para Javier Milei. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal la responsabilizaron
públicamente de haber rechazado una alianza entre ambos sellos y de confundir
el enemigo político, en alusión al kirchnerismo. “¿Van a seguir subestimándola?
Si lo hacen, seguirán pifiándole”, lanzó el Presidente vía X, al difundir un video
que destaca la tarea de ella en la creación del partido.
La
centralidad de Karina dejó a un costado la influencia de Santiago Caputo, cuyo
valor sustancial ha sido el desarrollo de la estrategia electoral. El asesor se
limita a dar su opinión antes de la toma de las decisiones, pero la lapicera
está en manos de Karina. No se advierte allí una pulseada, él la perdería, sino
más bien un repliegue táctico.
Ella
consolidó en el último año su propio “triángulo de hierro”, conformado por
otros dos vértices: “Lule” y Martín Menem. A diferencia del triángulo original
–que incluye al Presidente y a Caputo- este tiene una característica más
verticalista y homogénea: los Menem operan, en realidad, como uno solo, sin
fisuras entre ellos, en ninguno de los frentes.
Son
los ojos de Karina, y se mueven con excesivo recelo, lo que les vale múltiples
críticas internas y externas: “desconfiados”, “mezquinos” y “sectarios”, son
algunos de los calificativos que se repiten sobre su accionar. Por caso, un
alto funcionario se quejó recientemente por un llamado de “Lule”, en el que le
reclamaba no entrometerse en conversaciones con referentes municipales de una
provincia del norte. “¡Eran cuatro pelagatos!”, minimizó el increpado.
Patricia
Bullrich, la figura de más peso político dentro del Gabinete, tomó nota de esa
configuración. Hace diez días reunió a su tropa de legisladores e intendentes
en el Ministerio de Seguridad para hacer un análisis de cada distrito. Allí
adelantó lo que se empieza a verificar en los hechos: no puede garantizar
lugares en las listas. Y, lo más importante, no va a actuar de “puntera”.
La
lógica, según quienes escucharon ese mensaje, es que Karina confía como primer
filtro en los delegados que designó
En
la provincia de Buenos Aires, fue revalidada la función de Sebastián Pareja,
quien ocupó el mismo puesto en la campaña presidencial de 2023 y que
actualmente es presidente de LLA en esa jurisdicción. De origen peronista y con
un paso por el macrismo dentro del esquema de Emilio Monzó, se ganó el visto
bueno de Karina y, en simultáneo, el resquemor de “Las Fuerzas del Cielo”, la
agrupación auspiciada por Caputo que tuvo un estrambótico lanzamiento en un
acto de San Miguel, en noviembre pasado, y con los meses fue perdiendo
visibilidad.
“Hay
cuatro categorías para ir a pescar en política: los peronistas, los radicales,
el PRO y el lumpen, los ‘buscas’ que nadie quiere sumar, en esta última están
reclutando”, advierte un dirigente bonaerense desencantado con el rumbo del
trabajo en el terreno de Pareja.
Como
sea, en gran parte, la suerte de Milei en la provincia está atada a cómo se
termine moldeando la oferta electoral. Si el peronismo/kirchnerismo va unido o
no; y si el PRO presenta una lista propia, como en la ciudad de Buenos Aires.
El Gobierno nunca tuvo en los planes un acuerdo de cúpula con el partido
fundado por Macri, sino más bien fichar a sus principales espadas hasta
vaciarlo por dentro. Si Diego Santilli, Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro
ya tienen decidido en su fuero íntimo pintarse de violeta, la discusión ha
finalizado.
A
pesar de la volatilidad y la tensión cambiaria en las últimas semanas,
El
primer round de la ciudad de Buenos Aires tomó vital relevancia. Los Macri
molestaron a los Milei por anticipado. Primero, con la contratación de Antoni
Gutiérrez Rubi, ex estratega de Cristina Kirchner y Sergio Massa, a quien el
Presidente acusa de “la peor campaña sucia” en su contra. Segundo, con el
adelantamiento de la fecha de votación.
El
catalán quizá termine siendo no tan mala noticia para los libertarios. Hace
poco más de un mes, cuando presentó a la mesa chica del PRO la propuesta de
acción, sostuvo que la marca medía 22 puntos sola, más que Vidal y Darío Nieto,
ejemplos mencionados. Es decir, debían resaltar la idea de “equipo”. Le sirvió
en bandeja el argumento a la ex gobernadora, que en ese mismo instante
pronunció su “no” indeclinable. Si el candidato es la marca, que vaya
cualquiera, fue el razonamiento. Macri no pudo convencer a Vidal y optó por
Silvia Lospennato, quien fue creciendo en la cercanía del ex presidente en el
último tiempo.
La
apuesta exactamente contraria eligió
A
Karina le quedó una mala sensación en la selección de candidatos en 2023, con
lo cual el requisito determinante en esta vuelta es la incondicionalidad. Las
consecuencias de las fallas de aquel momento, coinciden, se ven hoy en el
Congreso, con bloques indisciplinados y falta de voceros sólidos, que no
aprenden ni con las reiteradas sesiones de coaching.
Lule
Menem fue, puertas adentro, de los más insistentes en jugar a Adorni. Karina lo
aceptó porque, antes que nada, es “práctica”. Según dijo entre sus íntimos, no
quiere testimoniales, con lo cual en diciembre se anunciará cómo continúa la
comunicación oficial, una instancia en que
Karina,
los Menem y Santiago Caputo comparten la aversión a los Macri. Por eso no
sorprende que en los primeros siete distritos que van a elecciones no hicieron
acuerdos con el PRO, y sí los hicieron en Chaco con el radicalismo. También es
cierto que, más allá del signo político, con al menos diez gobernadores hay un
“pacto de caballeros”: el Gobierno no los jode en los comicios locales, y ellos
no los complican en las legislativas nacionales.
El
kirchnerismo, como si fuera un sueño, se ilusiona con un duelo con los
libertarios por
Ramiro
Marra es el cabo suelto en el universo libertario. Puede generarle algún daño
en votos a LLA, pero el efecto más directo es en los detractores internos de
Karina, quienes mascullan por lo bajo que no debió expulsar a una cara tan
instalada, ya que eso hubiera evitado “quemar” a Adorni para una contienda
menor. Si no ganan, entonces le pasarán factura; si ocurre lo contrario, la
guillotina será aún más temida.
Los
K parecen detenidos en el tiempo, en 2019, discutiendo una sociedad de tercios,
en este caso, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof (en lugar de
Alberto Fernández). El gobernador está siendo desautorizado para fijar la fecha
de una elección –él quiere desdoblar de la nacional, mientras que la ex
presidenta no- y la novela lleva meses a la espera del capítulo final que todos
más o menos intuyen cual es.
En
el medio, dibujan candidaturas en el aire para presionar. Miden a Massa en
provincia, y a Cristina en Capital. Una encuesta no se le niega a nadie.
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