La postura de Sebastián Fernández
Georgieva o Perón
El Cohete a
En mayo de 1945 llegó a
Pese a la brevedad de su mandato (volvió
a su país cuatro meses después de su llegada, para ocupar un puesto en el
Departamento de Estado), Braden fue un embajador muy activo. Los Estados Unidos
desconfiaban del Presidente Edelmiro Farrell y sobre todo de su Vice Juan
Domingo Perón, a quienes acusaban de ser promotores del nazismo en la región.
El diplomático se transformó de hecho en el jefe de la oposición –radicales,
socialistas, comunistas y demócratas progresistas, partidos en los que se
expresaba no sólo la vieja oligarquía, sino también una parte de la clase media
urbana– y su tarea consistió en aglutinarla para frenar las veleidades
electorales del Vicepresidente.
Braden llegó incluso a explicarle al
embajador británico que “el derrocamiento del gobierno argentino es posible y
deseable a cualquier costo”, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores del
Reino Unido no compartió plenamente sus alucinaciones. El diplomático inglés
John V. Perowne escribió al embajador: “Uno no puede eludir la sensación de que
el ‘fascismo’ del coronel Perón es tan solo un pretexto para las actuales
políticas del señor Braden y sus partidarios en el Departamento de Estado: su
verdadero objetivo es humillar al único país latinoamericano que ha osado
enfrentar sus truenos”. Detrás del sentido elogio a
Ochenta años después de la creación de
A principios de los años ‘70, el propio
Perón recordaría al incansable embajador-empresario: “Braden actuaba como en su
casa. Hacía discursos, se reunían con los de
El 11 de abril, por cadena nacional,
el Presidente de los Pies de
Ninfa presentó como “tercera fase del plan económico” lo que
fue una capitulación frente al Fondo Monetario Internacional (FMI). En efecto,
pese al superávit comercial del 2024 –de unos U$D 19.000 millones–, producto
del desplome de la actividad que redundó en la caída de las importaciones, y al
blanqueo de capitales –otros U$D 20.000 millones–, el Banco Central que el papá
de Conan quería destruir se quedó sin dólares y tuvo que recurrir al FMI, el
prestamista de última instancia. “Terminar en manos del Fondo es terminar en
Si los 20.000 millones de dólares del
Fondo no le alcanzaran al ministro Luis Caputo –el Timbero con
Hace unos días, durante
Retomando la misma letanía que invocan
los funcionarios del gobierno nacional y los periodistas serios (dos colectivos
que cada día cuesta más diferenciar), Georgieva explicó –en referencia al nuevo
préstamo del FMI– que “esta vez es diferente”. Una afirmación asombrosa, que
trasluce que para ella todos los programas anteriores con el FMI fueron un
fracaso. Al menos en ese punto, una mayoría de argentinos acuerda con la
funcionaria.
Sentada junto a Federico Sturzenegger y
con el pin de una motosierra prendido a la solapa de su tailleur, la titular del Fondo
llamó a votar por el partido del Presidente
de los Pies de Ninfa, dando a entender que es la única opción que
tiene
Frente a esta tosca operación política,
es difícil no recordar las candorosas declaraciones del Presidente Alberto
Fernández: “(Georgieva) entiende de la pobreza porque ella vivió en
Además del frenesí que generaron en el
oficialismo, las declaraciones de la titular del FMI lograron el milagro de
unir al peronismo, que denunció tanto su “intromisión electoral” como “otro
préstamo político, similar al otorgado a Mauricio Macri en
Incluso Martín Guzmán se
indignó y consideró que además de “inaceptables y repugnantes”, las
declaraciones de Georgieva “blanquean que el préstamo del FMI al Gobierno de
Milei fue político”. Es una lástima no haberlo tenido como ministro durante el
gobierno de Alberto Fernández, seguramente hubiera rechazado el acuerdo
político anterior.
Es bueno recordar, en ese sentido, la
actitud de Máximo Kirchner, que presentó su renuncia como presidente del bloque
de diputados del Frente de Todos debido a las diferencias que tenía con el
gobierno por el acuerdo con el FMI: “Esta decisión nace de no compartir la
estrategia utilizada y mucho menos los resultados obtenidos en la negociación
con el Fondo. No aspiro a una solución mágica, sólo a una solución racional”,
afirmó en aquel momento. “Lo que construimos fue una alternativa
razonable”, le contestó el
entonces ministro Guzmán.
No hay nada nuevo en estos acuerdos
catastróficos para el país. Como escribió Noemí
Brenta, economista especializada en deuda externa: “El FMI no solo
propició el crecimiento de la deuda externa argentina a través del apoyo
directo a los programas económicos neoliberales, condicionando su aprobación a
las reformas estructurales pro-mercado, sino que proveyó montos enormes que
fueron utilizados para la fuga de capitales, pese a que su Convenio
Constitutivo lo prohíbe”.
La intromisión electoral de la burócrata
búlgara replica la del empresario-diplomático norteamericano en la campaña de
1945: son elefantes en un bazar. Cuesta imaginar a quién se dirige esta
operación del oficialismo en un país que históricamente repudia al Fondo Monetario
por conocer en carne propia los efectos devastadores de sus políticas.
Pero, en todo caso, tanto el FMI como el
Tesoro de los Estados Unidos tienen la cortesía de aclarar los tantos: el
acuerdo no es más que otro colosal aporte de campaña.
Y por definición, los aportes de campaña
–y su eventual devolución– sólo incumben a sus beneficiarios.
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