La postura de Loris Zanatta
El truco de hacer pasar por moderado al que pide impunidad y por fanático el que invoca la ley 5 de septiembre de 2022 LA NACION El 14 de julio de 1948, un estudiante italiano disparó tres tiros contra Palmiro Togliatti , secretario del Partido Comunista Italiano. Lo movía el odio. La guerra aún fresca, la guerra civil aún latente, Italia era un polvorín. Los militantes salieron a las calles, la insurrección parecía imparable. Desde la cama del hospital, sin embargo, Togliatti les ordenó retirarse: todos a casa. No era cuestión de “amor”, había crecido bajo Stalin. Era un estadista, quería probar la lealtad comunista al nuevo orden constitucional. ¡Qué diferencia con la reacción peronista al intento de atentado contra Cristina Kirchner! Aquí también el atacante estaba imbuido de odio. Pero no es por “amor” que el peronismo lo aprovechó para exprimir del crimen hasta la última gota. Fue para sacar ventaja política, deslegitimar a la oposición, atacar al Poder Judicial, rehac...